lunes, 6 de abril de 2009

CUCH - CUCHI




Hoy ha sido uno de esos días que por siempre tendré que recordar, son de esos que comienzan diferente al mismo momento que uno se levanta, en una fresca mañana de este cuatro de Abril.
Con Patricia habíamos decidido el día anterior en hacer un almuerzo mas simple agobiado por nuestras respectivas dietas, primero antes de tomar mi desayuno fui ha verte como habías amanecido, con solo mirarte me di cuenta que tu semblante no era mejor que el de los días anteriores, trate te acariciarte, además darte calor con mis manos a tu débil cuerpecito, te abrigue pero tu querías ir a tu lugar preferido, te lleve cubriéndote con una manta para que no te enfriaras.
Después del desayuno me fui al terminar pesquero a ver que había de frescos peses para el almuerzo, mientras caminaba por los diferentes estanes mi atención se fueron mas en los congéneres tuyos que merodeaban por los alrededores, con que envidia pude ver la lozanía de ellos y que hermosa mirada tenían, me dije a mi mismo ¡Como anhelo verte ha como los veo ha ellos!, luego inspeccione en busca de los pescados que debía elegir,
Al regresar fui ha verte de nuevo, estabas en el mismo lugar, pude ver que mi presencia te agradaba, tu sabias que eras mi regalona, en estos momento que te hago estas línea me enfurezco por no haber hecho mas por ti, esto que estoy viviendo no es nada nuevo, en cuatro ocasiones años anteriores las he vivido, pero nunca fue como el de hoy, tu me enseñaste ha ver la vida de un modo diferente y mas hermosa.
Recuerdo cuando llegaste a nuestro lado de la misma manera que otros llegaron pero tus venias ya con una luz que irradiaba tu hermosura, ese tricolor fue único, “nos traías el día y la noche junto con los rayos dorado del sol “y tu luz formo parte nuestra.
A medio día te lleve unos bocadillos delicioso con la esperanza que te gustaran, pero fue indiferente, te lo deje de todas manera y me fui almorzar, Paty estaba preocupada por ti ya te habíamos llevado dos veces al especialista y seguíamos las instrucciones que nos habían dado para tu recuperación, pero no veíamos mejora alguna, después del almuerzo me fui a dormir la siesta pero me ocurrió algo que me hizo sentir un profundo embargo acerca de ti, mis lagrimas brotaron de impotencia y mi sentido de culpabilidad se acrecentó, hasta que de pronto Paty me vuelve a recalcar me su preocupación por ti, le sugerí que viéramos otro especialista con la esperanza que fuera mas profesional, buscamos en la guía telefónica, con suerte encontramos al que podía verte a qui mismo y que llegaría en cosa de minutos, por fin llego, te hizo un examen completo y su diagnostico ¡fue lapidario!, te quedaban tan solo minutos y ¡así fue!, eran las tres y veinte de la tarde.
Mi incredulidad llego a tal extremo que tuve que colocar mi oído en tu cuerpo para escuchar tu corazoncito aun latir, creí escuchar que si latía pero el especialista me ratifico que ya nos habías dejado para siempre, ¡mi dolor estallo!, no me avergüenzo menos siendo de ti,, tu que me acompañaste, cuando arriba movía piedras, cuando regaba el jardín, cuando hacia mis caminatas recomendadas por mi doctor, cuando sentado en la terraza mirábamos el paisaje y en mi regazo me trasmitía tu hermoso burr.
Que irónica es la vida, todavía recuerdo que hace casi cuatro años atrás llegabas a nuestro hogar en busca de protección y cariño y no te equivocaste, de inmediato nos flechaste, eras una hermosa jovencita, te llevamos para que te pusieran las vacunas, es aquí talvez cometimos el pecado de pedirle al facultativo que te deshabilitara de concebir.
Pero cuando te trasladamos a nuestro estudio y mirador fue un paraíso terrenal, tenias de todo, jardines floridos, y vasto terrenos con vida natural, el tiempo demostró tu felicidad, cuando te enfermaste te trajimos de vuelta a casa, eso fue lo irónico.
Te acondicionamos y te retornamos a tu lugar mas preferido, al pie del árbol en cual me hacías las demostraciones de escalamientos, ahí junto con Patrick te sepultamos, así por siempre estarás rodeada de todo lo que tu disfrutaste en vida, así como te llamábamos, MICHI para los vecinos, ACUARELA para Patty, y para mi tu eras mi CUCHI CUCHI………...